Bohemundo VI de Antioquía (en francés: Bohémond VI d’Antioche; 1237 – 11 de marzo de 1275), príncipe de Antioquía desde 1252 hasta 1268 y conde de Trípoli desde 1252 hasta 1275, fue hijo de Bohemundo V de Antioquía y Lucía de Segni.
Sucedió a su padre en 1252 como Bohemundo VI de Antioquía, y Bohemundo III de Trípoli, bajo la regencia de su madre hasta que fue declarado mayor de edad en diciembre de 1252. Fue nombrado caballero por el rey Luis IX de Francia en Jaffa en 1252. Restauró las buenas relaciones con Armenia, alianza que selló su matrimonio con la hija del rey armenio. Bertrand Embriaco se rebeló contra Bohemundo en Trípoli, y sitió la ciudad en 1258, durante el curso del cual Bohemundo resultó herido. Junto con Haitón I de Armenia, rindió homenaje a Hulagu Kan después de la caída de Bagdad y acompañó al general mongol Kitbuqa cuando conquistó Alepo y Damasco.
Después de la conquista de Galilea y la invasión de Armenia por los mamelucos bajo el sultán Baibars, el ejército mameluco capturó Antioquía el 18 de mayo de 1268. Bohemundo continuó como conde de Trípoli desde 1268. El sultán Baibars le ofreció una tregua de diez años en mayo de 1271 a cambio del reconocimiento de todas sus recientes conquistas. Bohemundo se unió a Eduardo, hijo de Enrique III de Inglaterra, que había tomado la cruz y desembarcado en Acre el 9 de mayo de 1271, pero juntos hicieron pocos progresos contra los mamelucos. Le sucedió su hijo Bohemundo VII, príncipe nominal de Antioquía y conde de Trípoli.
Bohemundo VI era hijo de Bohemundo V de Antioquía y de la italiana Lucía de Segni, sobrina nieta del papa Inocencio III. Cuando Bohemundo V murió en enero de 1252, Bohemundo VI sucedió a su padre con 15 años de edad, bajo la regencia de su madre. Sin embargo, Lucía, de débil carácter y que nunca abandonaba Trípoli, entregó el gobierno del principado a sus familiares romanos. Esto la hizo impopular, por lo que el joven Bohemundo VI, con la aprobación del rey Luis IX de Francia, que estaba en Tierra Santa en una Cruzada en ese momento, obtuvo permiso del papa Inocencio IV para heredar el principado unos meses antes de su mayoría de edad legal.
Bohemundo viajó entonces a Acre, donde fue nombrado caballero por el rey Luis, y tomó el poder en Antioquía. Apartó a su madre del poder, pero le entregó una sustanciosa pensión.1 Gracias a los esfuerzos del mismo Luis, Antioquía y el reino armenio de Cilicia negociaron una tregua. Por sugerencia de Luis, en 1254 Bohemundo, ya con 17 años de edad, se casó con Sibila, hija de Haitón I de Armenia, lo que puso fin a la lucha por el poder entre los dos Estados que había iniciado Bohemundo IV, su abuelo. Convertido en cierto modo en vasallo de su suegro, Bohemundo logró a cambio la promesa armenia de auxilio al principado en caso necesario.
Lo Mongoles
Los mamelucos avanzaron hacia el norte desde El Cairo para enfrentarse a los mongoles con fuerzas mucho mayores que las de Kitbuga y el 26 de julio cruzaron la frontera hacia Gaza; por el camino negociaron un inusual pacto de neutralidad con los francos de Acre que permitió a los egipcios pasar por el territorio franco sin ser molestados. Los señores francos no ofrecieron tropas finalmente a los mamelucos, como habían contemplado inicialmente, pero sí les abastecieron en su avance por Palestina.
Por su parte, Kitbuga no pudo marchar rápidamente hacia el sur como tenía previsto porque una revuelta musulmana en Damasco le obligó a enviar tropas para sofocarla. Los mamelucos fueron por lo tanto capaces de derrotar a los mongoles en la histórica batalla de Ain Jalut a principios de septiembre de 1260, a pesar de la bizarría de los mongoles, vencidos finalmente por su inferioridad numérica. La importante victoria militar convirtió al sultanato en la principal potencia regional durante los dos siglos siguientes. Con el ejército mongol eliminado, los mamelucos entonces procedieron a conquistar Siria, que previamente los mongoles habían arrasado. Los mamelucos, bajo su caudillo Baibars, también comenzaron a amenazar Antioquía y Armenia, deseando castigar la alianza de estas con los mongoles. En el otoño de 1261 y en el verano del año siguiente, Baibars envió fuerzas que realizaron algaras en territorio antioqueño.36 Saquearon el puerto de San Simeón y amenazaron la mismísima Antioquía, que solo se salvó gracias a la llegada de auxilio armenio y mongol al mando de Haitón.
En 1263, Bohemundo y Haitón intentaron varios métodos para recuperar el control de la situación. Secuestraron al patriarca griego, Eutimio, se lo llevaron a Armenia y lo reemplazaron con el latino Opizzo Fieschi. También trataron de obtener alguna ventaja financiera sobre los mamelucos. Por ejemplo, Bohemundo y Haitón controlaban los bosques del sur de Anatolia y el Líbano, cuya madera era necesaria para los mamelucos egipcios para construir barcos. Haitón trató de usarlo como moneda de cambio para obtener una tregua con ellos. Sin embargo, los intentos de bloqueo sólo incitaron más aún a Baibars a continuar sus campañas contra ambos.
En 1264, Bohemundo también solicitó la ayuda de los mongoles. Viajó a la corte de Hulagu tratando de obtener el mayor apoyo posible de los gobernantes mongoles contra el avance mameluco y asistió al último kuriltai de aquél, celebrado cerca de Tabriz en julio. Sin embargo, Hulagu no estaba contento con Bohemundo por su sustitución del patriarca griego con uno latino, ya que la alianza bizantina era importante para él contra los turcos en Anatolia. A pesar del aprecio de Hulagu por Eutimio, que escoltó en persona a la bastarda del emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo, María, a su harén, Bohemundo logró reconciliarse con él y evitar que el patriarca griego regresase a Antioquía. La muerte de Hulagu el 8 de febrero de 1265, sin embargo, debilitó a los mongoles y las luchas sucesorias les impidieron intervenir en el norte de Siria y permitieron a Baibars retomar sus campañas contra los Estados cristianos sin temor.
Caída de Antioquía
En la primavera de 1266, Haitón también acudió a la corte mongola y solicitó ayuda, temiendo un inminente ataque de Baibars. Pero durante su ausencia, el ejército mameluco atacó al ejército armenio —que estaba al mando de los hijos de Haitón— en la batalla de Mari. Baibars había enviado a comienzos del verano dos ejércitos al norte; mientras uno, que mandaba en persona, combatía en Galilea, el otro, al mando del hábil Qalawun, se unía al de Hama tras saquear los alrededores de Trípoli y marchaba a Cilicia.
Mientras el ejército armenio aguardaba en las Puertas Cilicias junto a sus aliados templarios, los mamelucos rodearon la posición por el norte para luego virar y penetrar en la llanura cilicia; el ejército armenio tuvo que realizar marchas forzadas para tratar de bloquear la maniobra. El 24 de agosto, se produjo el enfrentamiento decisivo y los mamelucos, más numerosos que sus enemigos, resultaron victoriosos. Mataron a uno de los hijos de Haitón, tomaron al otro prisionero, devastaron la región y redujeron la capital a ruinas. A finales de septiembre, los invasores se retiraron a Alepo con más de cuarenta mil cautivos y numeroso botín. La derrota supuso el ocaso del poderío de Cilicia. Después de destruir Cilicia, el ejército mameluco dirigió su atención hacia Antioquía en el otoño. Pero los generales habían tomado su ración de botín de Armenia y no deseaban entablar otra batalla. Bohemundo fue así capaz de sobornarlos para evitar que ataquen.
Baibars estaba enojado por la debilidad de sus generales y retomó el ataque en Palestina. En mayo de 1267, atacó Acre y el 14 de mayo de 1268 comenzó el asedio de Antioquía, tras acercarse a Trípoli y abandonar su asalto al encontrarla bien defendida; tomó la ciudad al asalto el 18 de mayo mientras Bohemundo se encontraba en Trípoli. La escasa guarnición, que se había negado a capitular, no había logrado defender la larga muralla y evitar una brecha que permitió la toma de la ciudad y la gran matanza posterior. El principado, el primero de los Estados cruzados y que contaba con la más rica de las ciudades francas en el Levante, desapareció tras 171 años.
El hundimiento del principado supuso un duro golpe al prestigio franco y condujo a la decadencia franca en Siria; la ciudad nunca se recuperó del saqueo y se convirtió en una simple fortaleza fronteriza. Los dirigentes de las iglesias cristianas abandonaron la ciudad y se instalaron en Damasco. Todo el norte de Siria se perdió rápidamente —a excepción de Latakia, que resistió algunos años más los embates mamelucos lo que dejó a Bohemundo sin territorios, excepto Trípoli. Este solicitó, junto con otros señores cristianos, una tregua a Baibars, que la concedió.
Sitio de Trípoli
Baibars atacó nuevamente en 1271; el asedio de Trípoli comenzó con el envío de una carta a Bohemundo en la que le amenazaba con la aniquilación total y se burlaba de su alianza con los mongoles.
Bohemundo pidió una tregua a fin de no perder también Trípoli. En abril, Baibars había capturado estratégicas fortalezas, como el Krak de los Caballeros, que controlaban el acceso a la ciudad.
Baibars se burló de su falta de coraje y le pidió pagar todos los gastos de la campaña mameluca. Bohemundo tuvo bastante orgullo de rechazar la oferta pero, en mayo, Baibars le ofreció de todos modos una tregua de diez años, que Bohemundo aceptó.50 Para entonces, los mamelucos habían capturado cada castillo interior de los francos, pero los mamelucos habían oído hablar de una nueva cruzada, esta vez de un príncipe que después sería Eduardo I de Inglaterra.
Eduardo había desembarcado en Acre el 9 de mayo de 1271, donde pronto se le unió Bohemundo y su primo el rey Hugo de Chipre y Jerusalén. Eduardo, sin embargo, contaba con escasas tropas y no logró el apoyo efectivo de los señores de Levante o de las potencias navales veneciana y genovesa, interesadas en el comercio con los mamelucos. Con exiguo apoyo mongol e insuficientes fuerzas propias, Eduardo se dio cuenta que lo más que podía conseguir era una tregua que diese un respiro a los escasos territorios cristianos de la región, propuesta que en la primavera de 1272 recibió el beneplácito mameluco. Se firmó una paz el 22 de mayo en Cesarea con la mediación de Carlos de Anjou. Tras sufrir un intento de asesinato que casi le costó la vida, Eduardo regresó a Inglaterra en septiembre.
Bohemundo murió en 1275,46 dejando un hijo y tres hijas:
Bohemundo VII, príncipe nominal de Antioquía y conde de Trípoli;46
Isabel, que murió joven;
Lucía,46 después condesa titular de Trípoli;
María (fallecida aproximadamente en 1280), casada con Nicolás II de Saint Omer (fallecido en 1294).
El rencor de los mamelucos hacia Bohemundo VI por su alianza con los mongoles se mantuvo hasta la caída final de Trípoli en 1289.