Teobaldo II de Navarra, el Joven (1238 – Trápani, 4 de diciembre de 1270) Rey de Navarra y Conde de Champaña y Brie como Teobaldo V de Champaña. Era hijo de Teobaldo I «el Trovador» y de su tercera mujer, Margarita de Borbón Dampierre.
Heredó el trono con tan sólo catorce años de edad, bajo la regencia de su madre y la tutela de Jaime I de Aragón, teniendo que hacer frente desde el primer momento a problemas de Estado.
El 27 de noviembre juró los Fueros de Navarra, poniendo límites a los ricoshombres del reino, ya que hasta cumplir Teobaldo los veintiún años no podía juzgar sin el consejo de un tutor, y éste a su vez, sin oír a doce ricos-hombres del reino que harían de jurado. Sin embargo, no aceptaba someterse a los Fueros y obtuvo del Papa la introducción de los ritos de unción y coronación (en 1257 y 1259) para justificar el origen divino de los reyes.
La burguesía apoyó al monarca pagando impuestos extraordinarios y el rey, a cambio, les proporcionó prestigio y poder político. Extendió el fuero de Pamplona a Lanz y el de Estella a Tiebas y Torralba. Fundó Espinal en 1269.
Continuó con la mejora de la administración de ingresos y gastos del reino ya iniciados por su antecesor, realizando el primer recuento de la población del reino, cuya cifra aproximada se situó en más de 30 000 fuegos, unos 150 000 habitantes. Las cuentas de 1266 permiten concluir que el 6,75% de los ingresos se dedicaban a burocracia civil, el 33,84% a la administración militar y el 59,6% al rey y su gestión.
Encontró apoyo en san Luis de Francia. Teobaldo había solicitado la mano de Isabel, la hija de Luis, con la que contrajo matrimonio el 6 de abril de 1255. Desde esa fecha Luis IX de Francia actuó de árbitro en los problemas del navarro. Al comprometerse en matrimonio la hija de Alfonso X el Sabio con el hijo del rey francés, el 1 de enero de 1256 el monarca castellano-leonés cedió a Teobaldo, mientras él viviera, el uso de los puertos de Fuenterrabía y San Sebastián para la exportación de productos navarros.
Campaña en África: Octava Cruzada
Debido a las buenas relaciones tanto personales como políticas entre el rey de Navarra y el de Francia, el primero aceptó ayudar al segundo en su campaña militar impulsada por las doctrinas de las cruzadas.
El 4 de julio de 1269, Teobaldo II zarpa con su ejército franco-navarro desde el puerto de Aigües-Mortes junto al rey de Francia Luis IX. La expedición se desvió a Túnez, probablemente por instigamientos políticos de Carlos de Anjou, quien quería crear el Reino de África para ampliar su dominio y aplacar el comercio de la Corona de Aragón en esa zona del Mediterráneo en la zona tunecina. Sea como fuere, la expedición franco-navarra llega a Túnez el 17 de julio.
El 25 de agosto, el rey francés muere a causa de una enfermedad durante el sitio de Túnez. Carlos de Anjou llega con tropas a la zona tras la muerte del rey francés, pero el rey navarro desiste de la empresa militar y decide comandar a las tropas navarras y francesas en su marcha de vuelta al continente europeo.
El 1 de noviembre, Teobaldo «el Joven» firma un contrato comercial con el sultán del Emirato hafsida de Túnez, Abû `Abd Allah Muhammad al-Mustansir. Tras ello, dirige a los restos de la expedición a Sicilia, donde llegan el 22 de noviembre.
Un par de semanas después, el 4 de diciembre de 1270, Teobaldo II muere en Trápani (un importante puerto marítimo siciliano) desde donde dirigía el retorno de la expedición), antes de haber llegado a volver a la Península Ibérica.