Roberto II de Normandía, o Roberto Curthose, (1051 – 3 de febrero de 1134), hijo de Guillermo I de Inglaterra (apodado el Conquistador, el primer rey de Inglaterra de la dinastía normanda). Su madre fue Matilda de Flandes. Roberto II fue duque de Normandía desde 1087 hasta 1106 y pretendiente al trono de Inglaterra. Participó en la Primera Cruzada.
Su gobierno como duque está marcado por su enfrentamiento con sus hermanos en Inglaterra. Este enfrentamiento finalizaría con la absorción de Normandía como una posesión del reino de Inglaterra.
De los dos herederos principales, Roberto era considerado por la nobleza como una persona más débil, por lo que recibió el apoyo de todos aquellos nobles que, a ambos lados del canal de la Mancha, buscaban un rey cuya autoridad fuese más fácil de manipular. En el momento de la muerte de su padre, los dos hermanos llegaron a un acuerdo para nombrarse mutuamente herederos del otro, pero esta paz duraría menos de un año, puesto que con la adhesión de los barones a la causa de Roberto para desplazar a su hermano del trono comenzaría la Rebelión de 1088. Esta rebelión sin embargo, no tuvo éxito, en parte debido a que el propio Roberto no llegó en ningún momento a aparecer para apoyar a los rebeldes ingleses.
Roberto designó como nuevo asesor suyo a Ranulf Flambard, que había sido previamente asesor de su padre. Flambard terminaría convirtiéndose en un asesor financiero muy astuto, si bien también muy odiado, de la corte de Guillermo II, hasta la muerte de este último en 1100.
En 1096 Roberto partió hacia Tierra Santa en la Primera Cruzada. En el momento de su partida, supuestamente era tan pobre que a menudo debía permanecer en la cama por falta de vestimenta. Con el fin de conseguir suficiente dinero para la cruzada hipotecó su ducado a su hermano Guillermo a cambio de una suma de 10.000 marcos.
Cuando Guillermo II murió el 2 de agosto de 1100, y según el acuerdo hereditario previo, Roberto debería haber heredado también la corona de Inglaterra. Sin embargo, en ese momento se encontraba viajando de vuelta de la Cruzada, y casándose con una joven y rica esposa para poder recomprar su ducado. Como resultado, su hermano Enrique fue capaz de consolidar su poder y conseguir convertirse él en el nuevo rey de Inglaterra.
A su retorno, Roberto dirigió una invasión a Inglaterra para tomar la corona usurpada por su hermano Enrique. En 1101 Roberto llegó a Portsmouth con su ejército, pero la falta de apoyo popular entre los ingleses, así como la incapacidad de Roberto de gestionar las tácticas de invasión permitieron a Enrique resistir. Roberto se vio obligado a través de la diplomacia a renunciar al trono de Inglaterra a través del tratado de Alton.
En 1105, sin embargo, debido en parte a los continuos intentos de Roberto de sembrar la discordia en Inglaterra, y aprovechando también el desorden civil en Normandía, Enrique aprovechó para invadirla. En 1106 Enrique logró una victoria decisiva sobre Roberto en la batalla de Tinchebray, tras lo cual reclamó Normandía como posesión del reino de Inglaterra, situación que duraría durante casi un siglo. Roberto fue capturado tras la batalla, y fue encerrado en una prisión en el castillo de Devizes durante 20 años, para luego ser trasladado a Cardiff.
Murió en 1134, estando todavía en prisión en el castillo de Cardiff. Fue enterrado en la abadía de San Pedro, en Gloucester, si bien el lugar exacto de su enterramiento es difícil de establecer. La leyenda dice que solicitó ser enterrado frente al altar mayor, pero su efigie descansa en una cámara mortuoria distinta. La iglesia se convirtió más tarde en catedral.